La paz la construimos todos

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Publicada el 17 de septiembre de 2012 en Blogs El Tiempo

El proceso de paz ya inició. El pasado es historia.  De la historia  se aprende, del pasado no se vive,  entonces es hora de entender que los tiempos han cambiado, que Colombia  y el mundo no son los mismos de hace unas décadas.

Es momento de empezar a dialogar entre los diferentes sectores de la sociedad, las personas que no estamos sentados en la mesa de negociación; tengamos en cuenta que una paz real y duradera se logrará cuando la sociedad en general se reconcilie con justicia y sobre todo con el aporte de todos: empresarios, trabajadores, estudiantes, académicos y científicos, periodistas, usted y yo, hombres y mujeres de distintas condiciones socio-económicas.

Defendamos la vida, miles de compatriotas son desplazados, muchos mueren todos los días en medio del fuego cruzado, ¿Qué importa de qué bando son? Son seres humanos, son vidas valiosas. Todos somos víctimas directas o indirectas del conflicto.

He podido encontrar a algunos abanderados de la guerra que  hablan de lo inconveniente que sería la desmovilización guerrillera, hablan de miles de desocupados que el Estado tendría que mantener, de potenciales delincuentes en las calles citadinas.

A ellos los invito a que pensemos cómo generar miles de empleos que a su vez generen miles de nuevos consumidores y contribuyentes. Nuestro país ha crecido económicamente en medio del conflicto, se habla de una economía en potencia que crecerá este año entre 4,5% y 4,8%, una economía que según expertos ya superó a la de Argentina. Un proceso de paz exitoso, una desmovilización guerrillera y un cese al fuego definitivo, serían oportunidades evidentes para mejorar las cifras oficiales de crecimiento que el gobierno y algunos sectores de la sociedad anuncian con orgullo.

En un escenario de paz cesarían los ataques terroristas que golpean la infraestructura, se haría más productivo el campo, se podría incursionar en otros sectores de la economía que necesitarán mano de obra calificada, aumentaría la vanagloriada inversión extranjera y el turismo, y esfuerzos recientes como “Marca País”, darían resultados.

Sería una oportunidad para potenciar las fortalezas del país, ser más competitivo y convertirse en referente regional. ¿Sería necesario entonces en un escenario de paz invertir cerca del 1,7% del PIB en seguridad? ¿Cómo podríamos destinar ese dinero para desarrollar al país? ¿En cuánto podría reducirse el presupuesto destinado a defensa que para 2013 será de 21,5 billones de pesos?.

A corto y mediano plazo es cierto que hay que hacer una inversión considerable para el mantenimiento de la paz por vía militar, como responsabilidad y naturaleza de cualquier Estado, pero habría que pensar también si no es más rentable y duradera una paz construida sobre bases de desarrollo social, equidad, generación de empleo, tecnificación y profesionalización de la mano de obra, educación, salud, vivienda, infraestructura.

Por otra parte, si algún guerrillero desmovilizado llegara alguna vez a ocupar un cargo en alguna de nuestras instituciones, les tengo una buena noticia: no lo haría por vía armada ni de facto, lo haría por vías legales en una democracia fortalecida con mayores garantías. Entonces serán los colombianos quienes elijan su destino en las urnas y no algunos a través de las armas. Qué orgullo vivir en un país donde trabajemos en una misma dirección respetando las diferencias, un país que defienda la vida con verdad, justicia y oportunidades para todos.

Este es un momento histórico para derribar el muro de rencor que algunos sectores quieren imponer guiados por intereses particulares que buscan dividir al país y convertir este momento histórico de unión y de construcción en un escenario más de guerra y conflicto entre hermanos. Si usted está cansado de la polarización y quiere apostarle a crear una Colombia mejor, aportando buena energía y todas sus capacidades e ideas súmese, juntos podremos construir no sólo paz real, sino el país que todos merecemos.